La ortodoncia es la especialidad que se dedica a rectificar cualquier problema en la forma, posición y función de los dientes y en la mandíbula. De esa manera, se asegura que la mordida sea adecuada y que no provoque problemas profundos en la boca, en la anatomía o el funcionamiento del resto del cuerpo.
Hay muchas formas de aplicar tratamientos de ortodoncia y los más conocidos son los “frenillos”.
Esta técnica consiste en la aplicación de presión y fuerza permanentemente para corregir la posición de la mordida. Existen, principalmente, dos tipos de ortodoncia con sus variantes:
Fijos: Serie de brackets (cuadrados de acero inoxidables, cerámica, piedra o polímero) adheridos al diente con un cemento o pegamento especial, que soportarán un alambre tenso para corregir la posición dental.
o Tradicionales: Los brackets y alambre de acero inoxidable se instalan en las caras exteriores de los dientes.
o Cerámica: Los brackets están hechos de un compuesto de cerámica que logra asemejar muy bien el color natural de los dientes, disimulando el tratamiento.
o Cristal de Zafiro: Los brakets están hechos de zafiro lo que los hace 100 % transparentes.
o Linguales: Utilizando brackets tradicionales, este tratamiento es absolutamente invisible ya que se instala en la cara interior del diente.
Removibles: o Transparentes o Invisalign: En lugar de aplicar el tratamiento con brackets, se diseña una placa 100% transparente hecha de un polímero no tóxico y a la medida del paciente. Se utiliza todos los días y sólo se extrae para comer o lavar los dientes.